Ayer a la noche, volviendo de bailar a las seis de la mañana, habiendo fracasado en una confesión amorosa y sufrido por eso, vi a dos personas revolviendo la basura. Supongo que buscando algo para comer. El frío era tan intenso que me dolían los huesos y mi corazón estaba destrozado por lo que había perdido. Sin embargo, volví a dirigir la mirada hacia esas dos personas e imaginé mi cama bien calentita. Pensé que debes cuidar bien lo que tienes porque lo puedes perder.
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