Afición reciente, necesidad adquirida o vicio moderno; lo llame como lo llame, a partir de hoy ya no saldré de casa sin mis tapones. Intentaré llevarlos siempre de algún color discreto para evitar así que cuando un curioso vea que los llevo puestos y se acerque a inquirir al respecto, se transformen éstos en un obstáculo para mi paz dejando a la vez de ser una solución, que de hecho es para lo que fueron creados. Función parecida la de éstos a la que desempeñan los auriculares de mi MP3 cuando los llevo al gimnasio bien encajados en la oreja, escuche música o no. Pero esa es otra historia.
El caso es que en este mismo momento, aquí, en el aeropuerto de Santander, acabo de tomar la decisión. Reconozco que es un poco exagerada y que nunca creí que llegaría a estos extremos, pero a pesar del gran esfuerzo que hago a diario, cada día que termina soporto menos a la gente y comprendo más a Strauss. La plebe grita, salta, peticiona, llama la atención, se reproduce, bebe porquería y molesta. Si un concierto de música clásica costara mínimo unos 100€ y la cuota mensual del gimnasio otros 200€, sólo irían a ver una sinfonía los entendidos y no la plebe inmunda que tose en una hora lo que no tose en un año. De la misma manera solo irían al gimnasio los amantes del deporte y no la vieja estúpida que se tira caminando 40 minutos en una cinta mientras los que queremos correr en ella nos cagamos en su puta madre. Perdonad mi enfado. Si todo esto fuera así, un servidor solo pisaría la farmacia para renovar su dosis de dormidina, pero ¡nunca para comprar tapones para el ruido! ¡Maldita sea! Necesito algunos millones porque tengo un sueño, una fantasía realizable solo con dinero: un campo, una casa equidistante de las delimitaciones laterales del terreno, una conexión satelital a Internet, una mecedora, Wagner y, justo a mi lado, lista para realizar el servicio para lo que fue diseñada, una ametralladora de 35 mm con un gatillo extremadamente sensible para que cuando el que hoy usa tapones, solo con soplar, active el mecanismo de disparo y elimine cualquier cosa que ose sacarlo de paz.
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