¿Cómo puede la gente afirmar que no me gustan los niños sólo porque piense no tenerlos? Ser padre es una gran responsabilidad. Pero una gran responsabilidad mía y de mi mujer, no del Estado, ni de mis padres, ni de mis amigos o nadie más. Jamás dejaría que un hijo mío fuera educado de forma vulgar. Eso demuestra y reafirma la idea que, lejos de odiarlos, los respeto más que el resto de os mortales.
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