El contexto de la rebeldía puede visualizarse de varias maneras. Parece ser que ser rebelde es no estar conforme con algo (algo que está aceptado masivamente por supuesto) y manifestar ese desagrado de forma reiterada. Los rebeldes, como nos llaman, o anárquicos, o impertinentes, no lo somos por joder a los demás sino por no dejarnos joder a nosotros. Aceptar lo que muchos aceptan como correcto, o culturalmente correcto, o moralmente correcto, no es sino un sinpensar más de todos los que ocurren a diario. No aceptar la navidad y pasar de ella es, según millones de pusilánimes un acto de rebeldía. ¿Acaso no es la navidad un gran negocio? ¿Acaso esos hipócritas que dicen que es un buen momento para estar juntos no han pensado que hay otros 364 días en el año que también lo son ? ¿Acaso no se dan cuenta tampoco de que con un día de pseudo-felicidad no se corrigen 364 de escaqueo emocional?
Todo está estipulado y organizado para que yo parezca un rebelde cuando no quiera llenarme la panza de calorías en navidad y prefiera comer lo justo. Siempre habrá algún idiota que me dirá
– Venga, come más, que no has comido nada.
¿Acaso no soy lo suficientemente adulto como para saber lo que tengo que comer? ¿O es que tengo que joderme y comer para satisfacer a los demás? Satisfacer a los demás está bien cuando eso no implique joderse a uno mismo. Incluso hasta podría decir que estaría bien también si se deja de satisfacer uno mismo. Ahora parece que decidir no satisfacer a los demás para no joderse uno mismo es causa y motivo suficiente para ser un rebelde.
Si, estoy enfadado con el mundo y me enferma saber que los días en los que no lo estoy, es por estar atontado, alejado de la realidad.
¿Como se puede ser feliz en este mundo experimentando la realidad como yo la experimento?