Hoy, después de 31 años y un mes de haber nacido y estando felizmente casado me viene a la cabeza una cuenta:
¿A cuántas mujeres hice llorar?
Es una pregunta que todo hombre debería hacerse alguna vez en la vida. De alguna forma me entristece darme cuenta que prácticamente he hecho llorar a todas las mujeres que me han querido, incluso a la que me quiere ahora. Pero por otro lado me reconforta saber que cuando uno tiene la habilidad de hacer llorar a quien ama, de alguna forma tiene la habilidad de, además de ser amado, provocar emociones en los demás. Ser consciente de ello te pone en un estado de responsabilidad emocional que debes aceptar.