Atrás van quedando las horas; los días; las ciudades. De cada atrás surge también un recuerdo. Hay mucho todavía por caminar pero no suficientes todavías por gastar. Y es que de alguna forma somos como un suspiro. Y como un suspiro nacemos, vivimos y muero.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.